Miguel Angel
Gaytán Montes, 16 de noviembre 2016.
Cuando los empleados de gobierno, entiéndase desde Presidente de
la República hasta el síndico del municipio mas pequeño, olvidado y oculto de nuestro
país, pronuncian esa preclara frase que
dice; “… he dado instrucciones…“, inmediatamente acuden a mi memoria algunos
directivos de Telmex, quienes eran proclives a, dar instrucciones precisas para
que se haga lo que se tenga que hacer ¡¡¡y se obtenga lo que se tenga que obtener!!!
¿Que les parece?, no podríamos estar mejor dirigidos ¿cierto?, no
podríamos tener mas claro hacia donde vamos ¿cierto?, no podríamos tener
mejores jefes ¿de acuerdo?... sin comentarios…
Cuando un político pronuncia esa frase, yo entiendo, que no es su
obligación hacer lo que ha mandado, y por lo tanto se le debe “agradecer” ese
magnánimo gesto, y dar crédito a su nobleza y simpatía, pues emplea “el poder
que tiene” para “desviarlo”, en la atención de ¡un asunto que no debería
atender!
Peor aún, entiendo que si se pronuncia de esa forma es porque Él
da por hecho que sus colaboradores ¡no saben lo que deben hacer! y por lo tanto es necesario dar instrucciones
precisas.
Esa pequeña frase que muestra lo patético de nuestro sistema
político, que toma provecho de la ignorancia del pueblo, ese pueblo que está
mas ocupado en sobrevivir en las calles y en conseguir pan para la mesa de su
familia. Que en calificar el desempeño de quienes recibieron el mandato
popular.
Pues bien, deben saber los gobernantes que tienen a bien
pronunciar esa frase,
que, aunque no “dieran instrucciones”, todos los mandatarios y
empleados de gobierno están obligados a actuar como se debe y para los fines y
causas que fueron designados, contratados o elegidos, sin esperar a que alguien
lo ordene, recuerde o premie.
Están donde están porque los hemos puesto en ese lugar, y ¡porque
deben hacer cosas buenas para el pueblo y punto!
Cada vez somos mas los que nos damos cuenta de las macabras
maniobras de quienes tienen en sus manos las riendas de nuestro país…
Aquí un ejemplo de lo
magnánimo que es nuestro presidente: