Miguel Angel Gaytán Montes, 25 de febrero de 2021.
Cualquiera que haya ocupado un puesto de Gerencia ó Dirección en una empresa, sabe que cuando los colaboradores anuncian que han llegado los auditores, es una de las noticias más angustiantes que se puedan recibir.
La sola expectativa de las posibles anomalías que habrán de evidenciarse y reportarse a los superiores, es atemorizante, por lo que las Auditorías suelen ser mal vistas, rechazadas, bloqueadas y hasta atacadas por muchos Gerentes ó Directores de empresas.
Sin embargo, aún cuando las auditorías suelen ser las mejores aliadas, cuando se está en la búsqueda de la eficiencia en los procesos ó en la utilización de los recursos humanos ó financieros, todo el personal de la empresa, entra en situación de estrés desde el momento en que los auditores pisan suelo de la planta ú oficina.
Los auditores, son ojos externos que "invaden" nuestro espacio laboral, en busca de anomalías. No para destruir, sino para descubrir áreas de mejora que, una vez atendidas y solventadas, permitan a la organización, encaminarse hacia mejores resultados.
En el proceso de la auditoría, se recolecta información que permita observar si los procesos productivos, administrativos ó contables, siguen las normas establecidas para cada caso. Dando como resultado un informe de las desviaciones ó hallazgos encontrados, los cuales se reportan a los superiores, para que, conjuntamente con los responsables de cada área, asuman un compromiso de corrección de dichas desviaciones.
Dado que el proceso de auditar es realizado por humanos y además humanos que no están habituados a trabajar en los distintos puestos de trabajo que auditan, suelen haber omisiones y malas interpretaciones en la recopilación de la información, mismos que derivan en errores en la interpretación y dan como resultado una "observación negativa" ó "área de mejora" por atender.
Cuando los auditores presentan su informe a los superiores, normalmente inicia un tiempo en el cual, los Gerentes ó Directores revisan conjuntamente las observaciones y si se detectan "errores" en el procedimiento seguido por los auditores, ambas partes, Auditores y Responsables de área, revisan, rectifican ó ratifican lo conducente. Ya sea eliminar la observación, modificarla ó mantenerla.
Mi querido Vecino, usted se preguntará ¿de cuál habré fumado?... pero no, no acostumbro... el tema de las auditorías viene a colación, porque en éstos días recientes, la AUDITORÍA SUPERIOR DE LA FEDERACIÓN (ASF), la cual reporta a la CÁMARA DE DIPUTADOS, emitió su Reporte de Auditoría de la Cuenta Pública para el año 2019. Que es el primero de la gestión del Presidente AMLO.
Y éste reporte ha causado un revuelo impresionante debido, principalmente, a que los análisis de los costos derivados de la CANCELACIÓN del Aeropuerto de Texcoco, reportadas por la ASF, arrojaron cifras mucho muy por encima de lo que el propio AMLO había manejado, al tomar la decisión de cancelar las obras del NAIM.
Éste hecho hizo que el Presidente levantara la voz y expresara la ya famosa frase: "... yo tengo otros datos...". Por lo que el Director de la ASF, Lic. David Rogelio Colmenares Páramo, salió a informar que, derivado de la diferencia en cifras manifestada por el Presidente AMLO, la ASF estaba en proceso de revisión de las cifras, por lo que en los primeros días del mes de marzo de 2021, estaría en condiciones de poder ratificar ó rectificar los datos.
Hay muchos medios, analistas y "opinólogos" que piden a gritos la renuncia del Auditor Superior de la Federación. Otros arguyen cierta teoría de conspiración que busca desacreditar las funciones de la ASF, para que en los años restantes de la administración, no se le de crédito a la labor de ésa institución y entonces AMLO se "vaya por la libre".
Yo coincido con lo expresado por el Director de la ASF, en cuanto a que el Presidente tiene todo el derecho de inconformarse y la ASF la obligación de revisar lo necesario, todo con el fin de que se cuente con información fidedigna, que permita, como es el objetivo de las auditorías, tomar las medidas ó acciones necesarias de corrección.
Sin embargo, para el caso de los COSTOS DE CANCELAR la construcción del NAIM de Texcoco, ya no hay nada que hacer, solamente cubrir los costos que procedan y si éstos fueron excesivos, ó si fue una buena decisión, la historia habrá de colocar al Presidente AMLO en el sitio que le corresponda.
Pero no debemos dejar pasar la oportunidad que nos da el Reporte de la ASF para el ejercicio 2019, de revisar muchos otros temas resultantes de la auditoría, pues para el año referido se realizaron 1,486 auditorías en igual número de áreas de los Gobiernos Federal y Local, arrojando resultados que pueden ser igual ó más importantes que las cifras del costo de cancelación de obra del aeropuerto de Texcoco, en disputa.
Reza un adagio en el campo de la administración de empresas que dice:
" Un Director ó Gerente es tan bueno, como el resultado de la PEOR de sus decisiones. "
Y yo estoy convencido que así es.
Veremos la próxima semana que informa el auditor y cual es la calificación que le podríamos asignar a nuestro Presidente de la REPÚBLICA.
Usted mi estimado Vecino... ¿Que piensa?