Miguel Angel Gaytán Montes, 19 de mayo de 2021.
Desde la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio entre Mexico, EUA y Canadá, en enero de 1994, experimentamos un crecimiento de la economía, medida por el Producto Interno Bruto, en un promedio de 2.4% anual, desde 1994 hasta diciembre de 2018.
Sin embargo, ésa bonanza no fue suficiente para disminuir la pobreza. Pues la cifra de 2008 fue de 49 millones 489 mil 496 ciudadanos en pobreza y al cierre del año 2018, ésta alcanzó la cifra de 52 millones 425 mil 887. ¡Casi 3 millones más Vecinos pobres!
Un dato nada halagador para tanto crecimiento de la economía mexicana. Los beneficios del explosivo incremento en las exportaciones y el crecimiento en el consumo interno, no fue suficiente para disminuir la cantidad de pobres mexicanos, por el contrario, ésta se vio incrementada.
Éste es el más grande pecado de los Gobiernos del PRI y del PAN durante los 24 años de "aparente bonanza".
Hay quienes argumentan que el problema fue, el insuficiente índice de crecimiento experimentado, otros afirman que el problema fue que la riqueza generada se concentró en unas cuantas manos, excluyendo al grueso de la sociedad.
El pecado de los Gobiernos de 1994 a 2018, fue que no se dieron los cambios en las leyes que han regido la relación entre el Poder Económico y el Poder del Trabajo. Es decir entre los Empleadores y los Trabajadores. Las Leyes Laborales, empezando por el art. 123 de la Constitución, continuando con la Ley Federal del Trabajo, no evolucionaron, se mantuvieron los atavismos que, desde antes y hasta hoy, han demostrado no favorecer "productivamente" a los Trabajadores. Convirtiendo la relación Empleador-Empleado, en un "juego de suma cero", donde lo que una parte gana, la otra lo pierde.
Ésta relación se ha mantenido hasta el día de hoy, aún con las recientes modificaciones realizadas a la Legislación Laboral, derivadas de la renegociación del T-MEC, específicamente en el aspecto Laboral, mismo que tuvo bajo su cargo el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.
Subsisten instituciones como la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) y la Comisión para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades. Organizaciones que sólo aseguran el control de Patrones y/ó Gobierno de los factores de beneficio hacia los trabajadores.
El gran pecado de los Gobiernos anteriores y hasta el actual, es haber despojado al trabajador de la posibilidad de progresar económicamente, a la par de la empresa para la cual trabaja.
Esto condena al trabajador a la pobreza, a la necesidad cada vez más acentuada, de los "apoyos" gubernamentales, de las dádivas. Nada más indignante para un ser humano, que quitarle de las manos, el poder ofrecerle a sus hijos, la posibilidad de vivir un futuro en mejores condiciones de vida.
Sí, el gran pecado de cualquier Gobierno, de cualquier color, de cualquier signo, es los pobres que "cultiva".
Porque todo ser humano desea darle lo mejor a su pareja y descendientes, porque no conozco a ningún vecino que desee ser pobre, que sea feliz cuando no alcanza el salario para darle de comer ó vestir ó darle educación de calidad a los suyos...
Es necesario plantear una nueva forma de relación Obrero-Patronal, en la que los beneficios generados por el Capital y el Trabajo, representen una oportunidad real para el Trabajador, de obtener y ofrecer a sus dependientes una vida digna, en todos los sentidos.
Hay muchos ejemplos de Relaciones Laborales en el mundo, que podrían observarse y encontrar la "manera mexicana", para que el futuro sea aquel que cada ciudadano anhela.
Insisto, la cantidad de Vecinos pobres, es la maldita herencia que los gobiernos dejan a los países... ¡a la historia!
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