Desde hace cuantos años hemos tenido vigente en México un sistema político encabezado por el Presidente de la República, también llamado "Presidencialismo".
El Presidente de la República es venerado como un Dios, sus palabras rigen el comportamiento de todos los brazos del poder y en gran medida el pensar de gran parte de los ciudadanos. El menor de sus deseos se cristaliza en leyes convenientes, ya sea para su enriquecimiento personal ó de algún grupo o para perpetuarse en el poder.
El PRI supo ejercer ése poder absoluto, desde 1929 cuando se constituye el PNR, ¡más de 70 años!
A pesar de las alternancias que hemos experimentado en el cargo de Presidente de la República desde el año 2000, la situación de pobreza de los mexicanos no ha mejorado, es más ¡ha empeorado!
Mi comentario es con base en varios indicadores que dan cuenta de, cuán pocos beneficios reales y sostenibles hemos recibido todos los vecinos mexicanos.
Me referiré a los siguientes indicadores:
- Cantidad de Pobres
- Pérdida de Poder adquisitivo del salario
- Índice de GINI en México
- PIB por Habitante en México
Veamos mis queridos Vecinos:
La cifra de pobres de 2018 representó el 42% de la población, una cifra insultante.
El poder adquisitivo del salario en 2018, ¡apenas cubre el 30% del salario de 1976!
Desde 1996 se experimentó una mejora en éste indice, el cual cuanto menor es su monto, indica que la concentración del ingreso es menor. Lo deseable es que la distribución de los ingresos sea lo más equilibrada posible.
Sin embargo la cifra de 2018, aún es más del doble del que tienen países desarrollados como Alemania, la cual tiene un índice de GINI de 21% por ejemplo.
El Producto Interno Bruto por Habitante, es un dato que nos indica si la economía esta creciendo y si éste crecimiento corresponde, por lo menos a la velocidad de crecimiento de la población.
Como se puede apreciar en la gráfica, el PIB ha crecido a un promedio del 2% desde 1988. Mientras la población ha crecido a un promedio de 1.5%. Es decir que al dividir el PIB entre los habitantes de México, éste indicador muestra un crecimiento aceptable.
Como es evidente, el PIB Percapita, de 1994 a 2018 presenta un crecimiento importante, pero los indicadores de Pobreza, Salarios y el GINI, demuestran que sí se ha generado riqueza, pero que ésta no está llegando a las mayorías.
Todos los gobernantes, empezando por el presidente y hasta los presidentes municipales, siempre nos hablan de éxitos, cambios y mejoras que han logrado, pero en la realidad, en los datos fríos, no se ven ésas mejoras ni cambios ni ventajas para los ciudadanos.
Me parece que ya es tiempo de un cambio.
Es necesario que el ciudadano tenga una participación activa en la evaluación de las acciones de Gobierno y que existan mecanismos que le permitan a los ciudadanos evaluar y emitir recomendaciones, las cuales sean atendidas por las autoridades responsables de implementar medidas correctivas.
Nuestro país cuenta con instituciones gubernamentales y organizaciones ciudadanas, que tienen como objetivo observar y tener cierto grado de incidencia en las decisiones y políticas públicas de los Gobiernos de los tres niveles.
Sin embargo éstas no han logrado incidir en las Políticas Públicas de los Gobiernos, más bien su existencia, apenas se justifica, para que los gobernantes argumenten que sí se tiene en cuenta las opiniones de los ciudadanos. Muchas de éstas Instituciones Autónomas, siguen los intereses gubernamentales y no los ciudadanos ó económicos. Y en la mayoría de los casos las Organizaciones Civiles, son absolutamente ignoradas.
El principal problema que tiene nuestro actual Régimen Político es que las voces de los ciudadanos, no son tomadas en cuenta por quienes toman las decisiones en el Gobierno.
El ejemplo más claro es el Congreso de la Unión. Los Diputados Federales y Senadores debiendo ser los portadores de las voces y la voluntad de los ciudadanos, no lo hacen así, los legisladores atienden a los intereses particulares o de partido, pero no a los intereses ciudadanos.
La desgracia que vivimos en nuestro país, estriba en que a los ciudadanos nos han educado para dejar en "otras manos" las decisiones que debemos tomar cada uno.
Le hemos encontrado el placer a que nos den las cosas en la mano. Le hemos comprado a muchos políticos, la idea de que el pasado ha sido injusto con nosotros y que el futuro puede ser transformado por una sola persona, ¡por un Presidente!
No es así, ninguna nación que disfrute hoy de niveles de bienestar deseables, ha sido beneficiada por sus Gobiernos, el estado de bienestar que disfrutan hoy ésos países, es fruto del trabajo y esfuerzo de cada uno de los ciudadanos.
Por ejemplo, en Dinamarca las tasas de impuestos que pagan los ciudadanos van del 40% al 60%. Y los servicios de educación y salud, por mencionar sólo dos ejemplos, son proporcionados por el Estado para todos los ciudadanos, a costa de los dineros públicos.
El Estado no le regala nada a los ciudadanos, los ciudadanos son quienes aportan el dinero necesario para que la Administración Pública les proporcione los servicios necesarios.
La Administración Pública rinde cuentas claras a sus ciudadanos y éstos aceptan pagar sus impuestos porque saben que se les dará un uso adecuado y que podrán comprobarlo en el día a día.
Pero en México, preferimos seguir creyendo el viejo cuento de que ¡alguien va a venir a salvarnos!
Ya es tiempo de que asumamos nuestra responsabilidad en lo político, económico y social.
En lo político, votando por el futuro y no por el pasado.
En lo económico, trabajando y aportando los impuestos que necesita el país.
Y en lo social, con la consciencia de que lo que hagamos ó dejemos de hacer tiene un impacto en la pareja, la Familia, el Vecindario, nuestra ciudad y nuestro país.
El Estado no tiene la obligación de hacer las cosas por nosotros, nosotros tenemos que construir el estado que necesitamos para obtener los niveles de bienestar que deseamos.
Si hacemos mucho, obtendremos mucho, de lo contrario, ¡obtendremos migajas!
Usted mi estimado Vecino... ¿Que piensa?
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