viernes, 13 de mayo de 2016

El Gobierno mexicano y las condiciones salariales de los trabajadores.


Miguel Angel Gaytán Montes, marzo 5 de 2016

¡El Gobierno no tiene la menor intención de mejorar las condiciones salariales de los trabajadores!
Es la expresión de muchos líderes de los movimientos en pro de la protección del salario del trabajador mexicano.

Y claro a la hora de protestar por las actuales condiciones salariales de los trabajadores mexicanos, yo me uno a cualquier voz que exija que la paga sea justa, y que el salario mínimo se apegue a nuestra Carta Magna. Y que el trabajador que menos paga reciba, tenga lo suficiente para cubrir las necesidades básicas propias y de los suyos. Claro que me uno a esas voces, sin embargo… ¿es en realidad el Gobierno el único responsable de la actual situación del salario mínimo legal?

En el escenario laboral encuentro una serie de personajes que, queriéndolo o no,  están inevitablemente inmiscuidos en la escena, muchos de ellos, han desempeñado un papel que no precisamente es el que debieran, lo cual tiene sumidos en la miseria, a un número cada vez mayor de trabajadores.

Los actores principales que identifico en escena, sin entrar en demasiados detalles son; Los Dueños de las empresas, Los Altos mandos de las empresas, quienes ocupan los puestos frontera de las empresas, Los Trabajadores, Los Sindicatos, El Congreso de La Unión y el Poder Ejecutivo Federal y los Gobiernos Locales.

En primer plano a los dueños de las empresas, porque quienes definen los objetivos de inversión, ingreso, gasto (p.ej., los salarios) y utilidades son precisamente ellos. Los altos mandos definen el como se deben hacer las cosas y evalúan el desempeño de las empresas. Los empleados de los puestos frontera son los encargados de conducir las operaciones y dirigir a los trabajadores. Los trabajadores son los encargados de realizar todo el cumulo de actividades que son requeridas dentro de las empresas, para su operación. Los sindicatos son los representantes de los trabajadores ante la empresa y las autoridades gubernamentales y su principal función es de vigilar que los derechos laborales de los trabajadores sean respetados. El Congreso de la Unión es el responsable de que las leyes relativas a las relaciones laborales sean justas y promuevan el bienestar de los ciudadanos, dando certeza jurídica a los empresarios y sentar las bases para el crecimiento de la economía. Los poderes Ejecutivos Federal y Locales, son los responsables de vigilar que las relaciones laborales entre empresas y trabajadores, se lleven con apego a las leyes aplicables (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ley Federal del Trabajo, Contratos Colectivos ó Individuales).

Como es evidente, no sería lógico señalar a uno solo de los actores como responsables del proceso de mejora salarial. El monto de los salarios tiene más que ver con la relación Inversión-ingreso-gasto-utilidad de las empresas, que con la voluntad del gobierno. Es decir que una empresa sana y boyante, estaría en condiciones de distinguirse por sus buenos salarios y prestaciones otorgadas a sus empleados. Una empresa no exitosa, simplemente desaparece, por lo que podría suponer que todas las empresas en operación, están en condiciones de dar a sus empleados salarios dignos, de acuerdo a lo que marca la constitución.

En este punto, solo sería necesario que las entidades responsables de la vigilancia, como son “El Gobierno” y “Los Sindicatos”, se cercioraran de que el estado de cosas sea realmente el que la constitución establece, pues El Gobierno a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social puede inspeccionar los archivos de nóminas, control de personal y los Estados de Resultados Financieros, para detectar anomalías y a través de sus Juntas de Conciliación, podrían buscar el diálogo de las partes y eventualmente podrían llegar a acuerdos que arrojen el cumplimiento de la ley y por lo tanto la mejoría en el estado de bienestar de los trabajadores.

La participación de los sindicatos es fundamental en los procesos de la problemática obrero patronal, en virtud de que es en los sindicatos en donde convergen las fuerzas individuales que permiten balancear, la fuerza de trabajo con el poder económico.
Un buen trabajo sindical se refleja en el bienestar de sus agremiados. Un buen trabajo de la Secretaría del Trabajo, también se verá reflejado en el bienestar de los trabajadores.

Los índices de “cero huelgas” y “alto crecimiento económico”, con indicadores de aumento en el INDICE DE POBREZA LABORAL (% de trabajadores que no pueden adquirir los bienes y servicios mínimos necesarios), sólo evidencian el grave desbalance que existe entre el poder económico y la fuerza de trabajo, es decir que los reales causantes del paupérrimo salario mínimo, ¡son los dueños de las empresas, los empresarios!. Con el beneplácito del Gobierno y de los representantes sindicales. Lo anterior tiene como resultado empresas y empresarios cada vez más ricos y empleados cada vez más empobrecidos.
Brillan en el escenario Empresarios inmoralmente ambiciosos, Gobierno inmóvil y sindicatos sometidos y vencidos por la corrupción.

Entiendo el grito de algunos representantes de los trabajadores, en el sentido de reclamar mejores condiciones salariales, sin embargo, cuando los escucho me doy cuanta de que lo que persiguen en realidad no es la mejora económica de los trabajadores, sino el lustre necesario ante las bases ciudadanas para recoger los votos necesarios para perpetuarse en el poder de partido.
Si realmente estuvieran interesados en HACER, algo definitivo a favor de los salarios, ya lo estarían haciendo, pues conocen los mecanismos y procedimientos que deben seguirse para lograr ese cometido. Hasta ahora un avance es el reconocimiento del Congreso, de que es urgente “normalizar” el poder adquisitivo del Salario Mínimo y como resultado se publicó en el Diario Oficial de la Federación, la obligatoriedad de la desindexación de las Leyes, al Salario Mínimo Nacional, lo cual es un paso importante, pues ya sin esta vinculación, los eventuales incrementos salariales, no tendrían impacto en otras esferas de la vida del país, solamente en las finanzas de las empresas, con la merma (inmediata) de las utilidades y en la economía nacional con el crecimiento del consumo, del ahorro y del nivel de bienestar de los trabajadores.


Es hora de apoyar a quienes tengan la valentía de alzar la voz para lograr una mejora en las condiciones salariales de los trabajadores. Todos debemos ser valientes y aceptar que los trabajadores debemos dar nuestro mejor esfuerzo, para que las empresas logren mejores niveles de productividad y que de esa manera, los incrementos a los salarios, no representen un lastre que lleve al naufragio a los empresarios. De igual forma Los sindicatos deberán vigilar que los altos mandos de las empresas adquieran lo mejor en maquinarias y métodos  productivos, para que el esfuerzo de los trabajadores pueda tener efecto positivo y efectivo en la productividad. ¡No basta con el esfuerzo de los trabajadores! Es necesario que las iniciativas de productividad e incremento salarial sean generadas desde las cúpulas empresariales, gubernamentales y de las representaciones sindicales de todo el país.

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