Miguel Angel Gaytán Montes, marzo 5 de 2016
¡El Gobierno no tiene la menor intención de mejorar las
condiciones salariales de los trabajadores!
Es la expresión de muchos líderes de los movimientos en pro de la
protección del salario del trabajador mexicano.
Y claro a la hora de protestar por las actuales condiciones
salariales de los trabajadores mexicanos, yo me uno a cualquier voz que exija
que la paga sea justa, y que el salario mínimo se apegue a nuestra Carta Magna.
Y que el trabajador que menos paga reciba, tenga lo suficiente para cubrir las
necesidades básicas propias y de los suyos. Claro que me uno a esas voces, sin
embargo… ¿es en realidad el Gobierno el único responsable de la actual
situación del salario mínimo legal?
En el escenario laboral encuentro una serie de personajes que,
queriéndolo o no, están inevitablemente
inmiscuidos en la escena, muchos de ellos, han desempeñado un papel que no
precisamente es el que debieran, lo cual tiene sumidos en la miseria, a un
número cada vez mayor de trabajadores.
Los actores principales que identifico en escena, sin entrar en
demasiados detalles son; Los Dueños de las empresas, Los Altos mandos de las
empresas, quienes ocupan los puestos frontera de las empresas, Los
Trabajadores, Los Sindicatos, El Congreso de La Unión y el Poder Ejecutivo
Federal y los Gobiernos Locales.
En primer plano a los dueños de las empresas, porque quienes
definen los objetivos de inversión, ingreso, gasto (p.ej., los salarios) y
utilidades son precisamente ellos. Los altos mandos definen el como se deben
hacer las cosas y evalúan el desempeño de las empresas. Los empleados de los
puestos frontera son los encargados de conducir las operaciones y dirigir a los
trabajadores. Los trabajadores son los encargados de realizar todo el cumulo de
actividades que son requeridas dentro de las empresas, para su operación. Los
sindicatos son los representantes de los trabajadores ante la empresa y las
autoridades gubernamentales y su principal función es de vigilar que los
derechos laborales de los trabajadores sean respetados. El Congreso de la Unión
es el responsable de que las leyes relativas a las relaciones laborales sean
justas y promuevan el bienestar de los ciudadanos, dando certeza jurídica a los
empresarios y sentar las bases para el crecimiento de la economía. Los poderes
Ejecutivos Federal y Locales, son los responsables de vigilar que las
relaciones laborales entre empresas y trabajadores, se lleven con apego a las
leyes aplicables (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ley
Federal del Trabajo, Contratos Colectivos ó Individuales).
Como es evidente, no sería lógico señalar a uno solo de los actores
como responsables del proceso de mejora salarial. El monto de los salarios
tiene más que ver con la relación Inversión-ingreso-gasto-utilidad de las
empresas, que con la voluntad del gobierno. Es decir que una empresa sana y
boyante, estaría en condiciones de distinguirse por sus buenos salarios y
prestaciones otorgadas a sus empleados. Una empresa no exitosa, simplemente
desaparece, por lo que podría suponer que todas las empresas en operación,
están en condiciones de dar a sus empleados salarios dignos, de acuerdo a lo
que marca la constitución.
En este punto, solo sería necesario que las entidades responsables
de la vigilancia, como son “El Gobierno” y “Los Sindicatos”, se cercioraran de
que el estado de cosas sea realmente el que la constitución establece, pues El
Gobierno a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social puede inspeccionar
los archivos de nóminas, control de personal y los Estados de Resultados
Financieros, para detectar anomalías y a través de sus Juntas de Conciliación, podrían
buscar el diálogo de las partes y eventualmente podrían llegar a acuerdos que
arrojen el cumplimiento de la ley y por lo tanto la mejoría en el estado de
bienestar de los trabajadores.
La participación de los sindicatos es fundamental en los procesos
de la problemática obrero patronal, en virtud de que es en los sindicatos en
donde convergen las fuerzas individuales que permiten balancear, la fuerza de
trabajo con el poder económico.
Un buen trabajo sindical se refleja en el bienestar de sus
agremiados. Un buen trabajo de la Secretaría del Trabajo, también se verá
reflejado en el bienestar de los trabajadores.
Los índices de “cero huelgas” y “alto crecimiento económico”, con
indicadores de aumento en el INDICE DE POBREZA LABORAL (% de trabajadores que
no pueden adquirir los bienes y servicios mínimos necesarios), sólo evidencian
el grave desbalance que existe entre el poder
económico y la fuerza de trabajo, es decir que los reales causantes del
paupérrimo salario mínimo, ¡son los dueños
de las empresas, los empresarios!. Con el beneplácito del Gobierno y de los
representantes sindicales. Lo anterior tiene como resultado empresas y
empresarios cada vez más ricos y empleados cada vez más empobrecidos.
Brillan en el escenario Empresarios inmoralmente ambiciosos,
Gobierno inmóvil y sindicatos sometidos y vencidos por la corrupción.
Entiendo el grito de algunos representantes de los trabajadores,
en el sentido de reclamar mejores condiciones salariales, sin embargo, cuando
los escucho me doy cuanta de que lo que persiguen en realidad no es la mejora
económica de los trabajadores, sino el lustre necesario ante las bases
ciudadanas para recoger los votos necesarios para perpetuarse en el poder de
partido.
Si realmente estuvieran interesados en HACER, algo definitivo a
favor de los salarios, ya lo estarían haciendo, pues conocen los mecanismos y
procedimientos que deben seguirse para lograr ese cometido. Hasta ahora un
avance es el reconocimiento del Congreso, de que es urgente “normalizar” el
poder adquisitivo del Salario Mínimo y como resultado se publicó en el Diario
Oficial de la Federación, la obligatoriedad de la desindexación de las Leyes, al
Salario Mínimo Nacional, lo cual es un paso importante, pues ya sin esta
vinculación, los eventuales incrementos salariales, no tendrían impacto en otras
esferas de la vida del país, solamente en las finanzas de las empresas, con la
merma (inmediata) de las utilidades y en la economía nacional con el
crecimiento del consumo, del ahorro y del nivel de bienestar de los
trabajadores.
Es hora de apoyar a quienes tengan la valentía de alzar la voz
para lograr una mejora en las condiciones salariales de los trabajadores. Todos
debemos ser valientes y aceptar que los trabajadores
debemos dar nuestro mejor esfuerzo, para que las empresas logren mejores
niveles de productividad y que de esa manera, los incrementos a los salarios,
no representen un lastre que lleve al naufragio a los empresarios. De igual
forma Los sindicatos deberán vigilar
que los altos mandos de las empresas
adquieran lo mejor en maquinarias y métodos
productivos, para que el esfuerzo de los trabajadores pueda tener efecto
positivo y efectivo en la productividad. ¡No basta con el esfuerzo de los
trabajadores! Es necesario que las iniciativas de productividad e incremento
salarial sean generadas desde las cúpulas
empresariales, gubernamentales y de las representaciones sindicales de todo el
país.
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