viernes, 13 de mayo de 2016

El Salario Mínimo… ¿hasta donde puede llegar?


Autor: Miguel Angel Gaytán Montes, “Hijo del Vecino”

Para ser claros y concretos, van las cifras de la realidad del salario mínimo mexicano; El SMN ha perdido más del 71% del poder adquisitivo desde 1977 a la fecha. El costo de la canasta básica es de $201 y el SMN es de $70. En 2015 se ofertaron poco más de 91 mil plazas de empleo con salario menor a 5 mil pesos, representando el 75% del total de plazas ofertadas.
De 2003 a 2013 las plazas con salarios hasta 5 mil pesos disminuyeron un 25%. Si bien la productividad, medida por el cociente resultante del PIB sobre la cantidad de horas laboradas, no ha tenido avances positivos sostenidos en los últimos 6 años, los costos unitarios de la mano de obra han tenido una caída estrepitosa en los últimos 7 años al pasar de 104 pesos a los 88 pesos, una disminución de poco mas del 15%.

A pesar de los innegables afanes del gobierno de Peña, hasta el 2014 el ritmo de incremento de la cantidad de pobres de nuestro país está creciendo a ritmo de un millón por año, ubicándose al cierre de 2014 en 55.3 millones de pobres.

Todas estas cifras no pueden mas que evidenciar la urgencia de analizar con responsabilidad y compromiso, en los aspectos humano y financiero, pues mientras los trabajadores sufrimos cada vez mas para cubrir las necesidades básicas y por lo tanto protestamos por esta situación, también los empresarios y accionistas de las empresas, reclaman que sus ingresos no son lo que antes eran. Y entonces se desata la “cena de negros”, en la que hasta el momento los gobiernos de todos los colores se han sentado detrás de la barrera a esperar y ver que sucede, sin intervenir en la búsqueda del cumplimiento de las leyes, como son la Constitución y la Ley Federal del Trabajo. De igual forma los sindicatos están sentados en sus reales, alimentándose del producto del trabajo de sus “defendidos” y no representan a nadie mas, que a sus propios intereses.

Un primer y pequeño paso para llegar a la meta de la recuperación del poder adquisitivo del salario, es la Desindexación del Salario Mínimo a muchas leyes federales y locales, que servían como argumentación de la no conveniencia del incremento salarial.
Después de la publicación en el Diario Oficial de la Federación el 28 de enero de 2016, del Decreto por el cual se ordena la desindexación mencionada, toca el turno a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (integrada por 11obreros, 11 patronal 1 gobierno).
El 10 y 11 de marzo del presente se llevará a cabo un encuentro de especialistas investigadores convocados por la CoNaSaMi, en el cual presentarán a esa comisión los resultados de sus investigaciones y derivado de este encuentro, el 26 de junio de 2016, la CoNaSaMi, presentará las recomendaciones y conclusiones que consideren convenientes para hacer una realidad la recuperación gradual y efectiva del salario mínimo nacional.

Yo, hacia el futuro, veo que las recomendaciones deberán ser dirigidas principalmente hacia Los Empresarios y El Gobierno. En ése orden de preponderancia. Adelante aclararé porque no espero que se den recomendaciones a los Sindicatos y Trabajadores.

Los empresarios mexicanos, ya sea de micro o de mediana empresa, en las que trabaja mas del 80% de la fuerza laboral mexicana, pasan por alto una actividad elemental y crítica en los negocios y esa es LA PLANEACIÓN.
En las PyMES no se consideran aspectos tan básicos como; nivel de inversión requerido en el tiempo, ingresos estimados en el corto y largo plazo, o los gastos variables y fijos que la producción implica. Y ya que el salario forma parte importante en los costos de operación de las empresas, este no goza de previsión y tampoco de revisión interna, independiente de las cifras nacionales. Las empresas se limitan a incrementar lo que por ley se incrementa al Salario Mínimo Nacional anualmente. No se visualiza el nivel las ganancias obtenidas en cada negocio, ni se evalúa el peso de los salarios en el total de los gastos erogados, ni su impacto en el monto de las utilidades.

Desde mi punto de vista, mas allá de los aspectos legales del fantasma llamado indexación del salario, la precariedad del poder adquisitivo, tiene su raíz en el desinterés y falta de compromiso de los empresarios, por el bienestar de sus trabajadores. Alentados también por la falta de vigilancia de las autoridades que deberían auditar de manera efectiva las operaciones de las empresas, buscando coadyuvar a la vigilancia y conservación de derechos laborales que los sindicatos deberían estar haciendo.
Algunos estudiosos de este tema, le han llamado “la nueva manera de esclavizar”, al hecho de dar menos paga por mas horas de trabajo, claro, al abrigo de las recientes reformas laborales.

Otro fantasma que ha servido de “escudo” para empresarios y gobierno, es la PRODUCTIVIDAD LABORAL. Cifra que, en el caso de México, no ha arrojado resultados positivos y menos alentadores. Hay quienes realmente han sido osados y han venido culpando a los Trabajadores de los raquíticos resultados de este índice. Yo difiero de ellos, pues la productividad depende de diversos factores los que tienen que ver con lo que llamo, “Las Tres P’s”; PERSONAL, PLANTA Y PROCESOS.
¿Habrá algún empresario que, ante la incompetencia de un trabajador, decida mantenerlo en su puesto de trabajo? ¡Claro que no! La ley establece los medios y procedimientos por los cuales los patrones pueden retirar empleados de sus puestos. Así que debemos suponer que quienes tienen empleo, son los idóneos para desempeñar las actividades que se les requieren, de ahí que solo nos quedaría revisar lo referente a la PLANTA y los PROCESOS. Y… que caray! también estos aspectos son de la total responsabilidad de los Empresarios ó patrones.

La recuperación de los salarios, será más tarea de los empresarios que del gobierno, deberá basarse en datos financieros de la gestión y resultados de las empresas y no depender de las iniciativas oficiales.

En caso de que las recomendaciones de los expertos y conclusiones de la Comisión de Salarios Mínimos, del próximo 26 de junio, se ciña a los intereses empresariales, dejando de lado las necesidades de los trabajadores, entonces creo que el papel del gobierno deberá ser, tomar los estudios realizados por los especialistas y definir en el Congreso de la Unión, un proceso de incrementos graduales al salario, para que en un lapso no mayor de cinco años, estos realmente cumplan con lo que establece nuestra Constitución.

Deseo que no se tenga que dar por mandato legal y que las representaciones de obreros y patrones acuerden cosas congruentes y coherentes ante la contundencia de las cifras que seguramente se verán a la luz de los estudios de los que sí saben de estos temas.


Hasta aquí lo que el hijo del vecino quiere decirles de este tema… por lo pronto!!!




No hay comentarios.:

Publicar un comentario